EL SINDICATO NACIONAL INTEREMPRESA DE TRABAJADORES INGENIEROS Y PROFESIONALES UNIVERSITARIOS DE LA EMPRESA ENEL GENERACIÓN Y EMPRESAS FILIALES Y AFINES (SIPEF), fue fundado el 28 de julio de 1964. En medio siglo de existencia, hemos partcipado de cambios relevantes en el desarrollo industrial del país y, en mayor o menor grado, hemos sido protagonistas del compromiso de llevar a cabo el plan de electrificación del país, palanca vital para su desarrollo nacional, producto del mandato entregado por CORFO a ENDESA para ese objetivo.
Como consecuencia de aquello y en lo sindical, el accionar
de nuestra organización se puede dividir en tres grandes etapas y que son:
Nuestra organización ha estado conformada desde sus inicios por profesionales que en gran medida fueron responsables directos de los estudios preliminares, diseños, construcción y explotación de las centrales generadoras, los sistemas de transmisión y distribución en gran parte del territorio nacional. Durante este periodo, quizás el más fructífero tanto en lo laboral como en el desarrollo profesional de sus integrantes, impulsado por un interés mutuo de la empresa junto a las y los trabajadores por conseguir el desarrollo eléctrico del país, permitió a estos últimos mejoras sustantivas en cuanto a beneficios, proyección profesional y estabilidad laboral, como consecuencia de las sucesivas negociaciones colectivas conducidas en dicho periodo y dentro de un marco laboral más equitativo.
Durante este periodo, serán múltiples las asesorías que nuestros profesionales entregarán por mandato de la empresa, a otras, tanto en Chile como en el extranjero. Existirá una real capacitación a nuestros trabajadores para desarrollar nuevas responsabilidades producto de la incorporación de las nuevas centrales, del equipamiento eléctrico, mecánico y de sus sistemas de transmisión asociados, con el consecuente beneficio personal por los nuevos conocimientos adquiridos, para la empresa, para las casas de estudios superiores en el país debido a la docencia que estos profesionales a su vez entregaban en esos centros de estudio.
Lo anterior permitió acunar el concepto de “Endésico” por aquellos orgullosos de pertenecer a esta institución con la “camiseta puesta” que la mayoría de nuestros profesionales llevara con orgullo durante toda su vida laboral al interior de empresa. Este aspecto, no fue ajeno al SIPEF ya que desde su campo de acción propició capacitaciones para sus asociados en forma permanente, obteniendo por parte de la empresa una buena acogida ya que esta entendía que ello era la resultante de un beneficio mutuo.
Cabe destacar que a pesar del proceso traumático que debió vivir nuestro país a partir del 11.09.1973, la agenda eléctrica si bien tuvo contracciones, se logró seguir adelante con el plan de electrificación. Sin embargo, a partir de ese momento la actividad sindical se vio resentida fuertemente como consecuencia de medidas implementadas en dicho período y que en definitiva llevaron nuevamente la relación trabajadores-empresa a tiempos pretéritos, debido a la imposición de un nuevo modelo económico que significó que el control de la empresa pasara al sector privado.
Junto con la llegada de la democracia en marzo de 1990, se da inicio al control de la empresa por parte de un ente privado y en que a partir de ese momento, pasará a llamarse dentro de la jerga utilizada por el controlador, como la “compañía”. La gestión del controlador privado se caracterizará por una reestructuración con la creación de unidades de negocio, acompañadas de una fuerte reducción de personal, todo bajo la premisa de una búsqueda de optimización de la gestión y en particular del recurso humano, cuestión que desde ese momento y hasta el presente no ha cesado. Cabe señalar que previo a este proceso y en las postrimerías del régimen militar, ya había concluido el traspaso al área privada de la totalidad de las empresas de distribución, en un comienzo vía ”capitalismo popular”, para luego ser adquiridas por entes privados y/o transnacionales.
Como es de suponer frente al escenario existente, la actividad sindical solo se centró a través de esos años a defender las conquistas y beneficios obtenidos antes del 11.09.1973. Con una mínima posibilidad de restablecer los derechos laborales que habían sido sensiblemente restringidos durante la dictadura militar. Las tibias reformas laborales conseguidas a partir de 1990, no pudieron impedir los despidos masivos, la tercerización de actividades relevantes para el funcionamiento de la empresa o la renuncia a desarrollar otras por no resultar éstas atractivas para el controlador.
También durante este periodo se da inicio a un manifiesto y sistemático desprecio por el conocimiento y experiencia demostrada por nuestros profesionales y en particular de nuestros asociados. A partir de ese momento, el controlador prescinde de actividades relevantes e importantes, las que se realizaban con el objetivo de conservar el estándar de calidad en la gestión de los procedimientos utilizados hasta ese momento en la empresa y en los cuales nuestros representados tenían una importante participación. Serán paulatinamente reemplazados por personal externo o contratado y en que en la mayoría de los casos se caracterizaba por no contar con conocimiento ni experiencia previa y con el único objetivo de terminar con esas actividades. Por parte de RRHH, comienza una marcada política de desprecio a la organización sindical, abusando de su posición para incentivar prácticas que bordeaban lo antisindical, evitando la incorporación a las organizaciones sindicales de los trabajadores recién ingresados a la compañía con el único objetivo de minimizarlas y en lo posible, hacerlas desaparecer y/o atomizarlas.
El escenario adverso para las organizaciones sindicales que el controlador imprimió durante los primeros años de su gestión, posteriormente se fue modificando en lo formal, pero se profundizó la política en las empresas que bajo el argumento de la “optimización” o los nuevos modelos de gestión, continuaron con las reestructuraciones, nuevos planes de desarrollo, externalización de los servicios y por ende la precarización del trabajo y de las remuneraciones.
Las organizaciones sindicales se verán enfrentadas, luego de la nefasta gestión del grupo encabezado por José Yuraszeck en Endesa Chile, a las transnacionales y así emergerá primero Endesa España a través de una OPA, quien accederá a su control acompañada de una pesada estructura administrativa y con una burocracia asfixiante en materia de gestión.
Posteriormente y luego a través de otra OPA en España, emerge un consorcio formado por ACCIONA y la italiana ENEL, quién luego de un corto período paulatinamente ésta última accederá al control total.
Una vez logrado el control total de ENDESA ESPAÑA por parte de ENEL y como consecuencia de aquello, se da inicio a una paulatina reorganización primero en Europa y luego en Latinoamérica y que culmina en Chile, con el cambio de marca e imagen corporativa, lo cual, en lo que respecta a las organizaciones sindicales si bien fue recibido con dudas, existía la esperanza que a lo menos producto de este cambio el tema laboral tendiera a su estabilización por un largo periodo. No obstante, los eventos ocurridos y los planes de ajustes han generado una gran inquietud en los trabajadores, los que además por primera vez observan como una actividad en sí casi monopólica, el controlador renuncia a nuevos emprendimientos
conformándose con administrar solo lo que posee.
Esta actitud abre un escenario de incertidumbre e inquietud, por lo que nuestra organización con el apoyo de sus representados deberá esforzarse en la búsqueda de los recursos necesarios para minimizar los eventuales efectos que dicha actitud pueda afectar a sus representados en el futuro.
Durante los años 2017 y 2018 el SIPEF se vio enfrentado a una inminente necesidad de modernizarse y replantearse.
Por un lado la reforma laboral, significó la obligación de actualizar y reformular nuestros estatutos (2017), requiriendo entre otras cosas una cláusula para asegurar la participación femenina de acuerdo a la ley. Así y en coherencia con uno de nuestros valores, la equidad, contamos en nuestra directiva con una DirectorA, que tenemos el orgullo de mencionar que es la única representante femenina en la federación de la que el SIPEF forma parte.
También nos digitalizamos: actualizamos nuestra página web para que se vea como la ves hoy, con más información y posibilidades de participación e interacción; y entramos en el mundo de las redes sociales con nuestro twitter y facebook. Porque creemos en la necesidad de crear una red y de fortalecer esta comunidad.
Renovamos nuestro logo y hasta elegimos un lema, mediante un concurso de ideas de nuestros socios. ENERGÍA COLECTIVA!
Una mención honrosa a los socios que enviaron sus ideas: Fernando León, Marcela Santelices, Carlos Rabbi y Carlos Velazquez.
El lema ganador seleccionado que acompaña nuestro logo, fue propuesto por Robinson Navarro. Felicitaciones!
Revisa aquí los resultados de la votación
Hoy estamos comprometidos con una transformación más profunda. Decididos a aumentar la participación y la representatividad.
Queremos llevar la reflexión al plano de los valores y la ética, que ellos sean los pilares que nos sustentan.
Creemos en hacer un aporte a la formación del trabajador INTEGRAL, más allá del HomusEconómicus.
Te invitamos a ser parte de este cambio, que aspira a una evolución en las relaciones entre las y los trabajadores y la administración de la Empresa. Buscamos romper el molde tradicional de la relación antagonista y conflictiva, por una participativa y que persiga objetivos comunes.